La bodega Clot de les Soleres toma el nombre de una de las parcelas de la finca Heredad Ferrer de la Vall.

Se tiene constancia de la masía de la finca Ferrer de la Vall desde el siglo XVI. La casa alberga cubos de fermentación que han sido testigos silentes de diversas ampliaciones a lo largo de los siglos XVI y XVII.

Los alrededores de 1880 ven la edificación de una nave separada dedicada exclusivamente a la elaboración del vino, con cubos de fermentación y botas de 1000 litros para el almacenamiento. Aquí, se transformaban entre 1300 y 1800 cargas de uva en 1600 a 2000 hectolitros de vino, en función de los años.

Pero la llegada de la filoxera a Piera alrededor de 1888 trajo problemas económicos y escasez de mano de obra, abocando al abandono de una parte de las tierras. A lo largo del siglo XX, la elaboración de vino mermó hasta dejarse de producir comercialmente a finales de los años 70 y principios de los 80, optando por vender toda la producción de uva en las grandes bodegas de la zona.

Sin embargo, en 2000 marcó un punto de inflexión. Con el espíritu de revivir la antigua tradición familiar, se plantan nuevos viñedos.

En 2006, la antigua bodega se sometió a una remodelación integral, conservando la esencia de su estructura, pero modernizándola con maquinaria de última generación y depósitos de acero inoxidable.

El proyecto de la bodega nace con la voluntad de dignificar el trabajo en el viñedo. Con el precio de la uva en las grandes bodegas que no reconocía el trabajo del campesino ni la calidad de la uva, se decidió emprender el camino de la elaboración artesanal de vino, respetando y reflejando el trabajo en los viñedos de Can Ferrer de la Vall. Clot de les Soleres elabora exclusivamente con uva de la propiedad, aunque una parte importante de la producción se vende actualmente en las grandes bodegas de la zona.

En 2008, Clot de les Soleres presentó en el mercado su primer vino tinto.

En la bodega, se producen exclusivamente vinos naturales, sin añadir ni quitar nada, sin sulfitos ni otros aditivos enológicos. Las características de nuestros vinos varían de un año a otro, reflejando la diversidad climática de los viñedos.

Desde el inicio hasta el producto final, todo el proceso está bajo nuestro control, garantizando la procedencia y calidad de nuestros productos: cultivo ecológico de los viñedos, vendimia manual y transporte en cajas, elaboración del vino siguiendo los principios biodinámicos, embotellado y etiquetado.